Erich Schilling Psicólogo
La adicción es uno de los mayores problemas de salud que enfrentan los países en el mundo. El término ‘adicción’ se refiere a un conjunto de trastornos psíquicos caracterizados por una necesidad compulsiva de consumo de sustancias psicotrópicas con alto potencial de abuso y dependencia (drogas). Estas sustancias invaden progresivamente todas las esferas de la vida del individuo (familia, sociedad, relaciones sociales, trabajo) y provocan un desinterés hacia conductas, experiencias y placeres alternativos que antes habían formado parte de su vida, todo ello a pesar de las consecuencias extraordinariamente negativas del consumo. No obstante, abordar este fenómeno desde una visión legal, normativa o moral no permite comprenderlo como un problema de salud mental, requiriendo de un conjunto de medidas y tratamientos biopsicosociales para su solución.
En las últimas décadas, se han realizado grandes avances en el conocimiento de las bases neurobiológicas de la adicción, lo que ha permitido cambiar completamente la conceptualización de este trastorno. Ha evolucionado desde considerarse un vicio a contemplarse como un trastorno psicoorgánico crónico que requiere tratamientos psicomédicos adecuados. Sin embargo, hay aspectos cruciales del proceso adictivo que permanecen todavía sin resolver. Uno de ellos es el deseo intenso de consumo (craving), que constituye uno de los mayores problemas que enfrenta el paciente adicto desintoxicado durante la abstinencia. Otro aspecto importante son los mecanismos neurobiológicos y psicopatológicos que subyacen a las frecuentes recaídas en los hábitos tóxicos, incluso después de mucho tiempo de abstinencia. Es por ello que es importante conocer un neurotransmisor fundamental para la comprensión de los fenómenos adictivos.
La Dopamina y la Búsqueda del Placer
La dopamina es un neurotransmisor asociado al placer, pero las respuestas varían de una persona a otra. Está fuertemente vinculada al sistema de recompensa que potencia la motivación humana y el comportamiento de recompensa. Sin embargo, es esencial mantener el sistema de recompensa equilibrado. De lo contrario, puede llevar a padecer trastornos psiquiátricos, como depresión, esquizofrenia y trastorno bipolar. Cuando una persona busca el placer y evitar el dolor durante demasiado tiempo, pero depende de las drogas para obtener placer artificial debido a una deficiencia de dopamina, el riesgo de un comportamiento depresivo intenso es muy elevado. Por lo tanto, es crucial mantener un equilibrio en el funcionamiento del sistema de recompensa de la dopamina.
El Sistema de Recompensa del Cerebro y las Drogas
Las drogas activan el sistema de recompensa del cerebro, aumentando la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. Este proceso es fundamental para nuestra supervivencia, ya que nuestras conductas diarias están regidas por las consecuencias, ya sean positivas o negativas. Cuando experimentamos algo beneficioso, como comer o estar con amigos, nuestras neuronas liberan dopamina, señalando al cerebro que esta acción es positiva. Este refuerzo nos motiva a repetir esas conductas y así adaptarnos a los constantes cambios de nuestros entornos sociales y ambientales.
Sin embargo, las drogas imitan estos refuerzos naturales de manera mucho más intensa. Por ejemplo, la cocaína puede aumentar la liberación de dopamina de manera tan poderosa que supera otros refuerzos naturales, como estar en familia o comer. Este desbalance altera completamente nuestro sistema de recompensa, haciendo que la droga se convierta en el mayor refuerzo de todos. Es por este motivo que las personas que consumen drogas tan potentes comienzan a abandonar su presencia en reuniones familiares y sociales, y dejan de hacer actividades que antes les eran placenteras, lo que lleva a un aumento de conflictos y pérdida de relaciones significativas.
El Impacto en la Voluntad y la Toma de Decisiones
Las drogas también afectan otras áreas del cerebro, como la amígdala y la corteza prefrontal, que son cruciales para planificar la conducta, tomar decisiones y gestionar el estrés y la ansiedad. Al modificar estos centros, la voluntad, motivación y capacidad de tomar decisiones se ven comprometidas, llevando a la pérdida de control sobre el propio comportamiento. Por eso, las personas adictas pierden progresivamente su capacidad para autorregular su comportamiento, persistiendo en conductas autodestructivas a pesar de las consecuencias negativas.
Recurso Adicional: Video «Neurociencia de las adicciones: una nueva perspectiva»
Para profundizar en la comprensión de las adicciones desde una perspectiva neurocientífica, recomendamos ver la charla TED de Lucía Hipólito. En esta presentación, la neurocientífica, farmacéutica y profesora de la Universidad de Valencia explica no solo cómo y por qué caemos en las adicciones, a pesar de saber que son perjudiciales, sino que también aboga por el reconocimiento de las adicciones como una enfermedad. Lucía Hipólito reclama que, al ser reconocidas como tal, las adicciones deben recibir el tratamiento adecuado, algo que la sociedad y la política aún no dispensan adecuadamente a aquellos que las sufren.
Ver la charla completa aquí: Neurociencia de las adicciones: una nueva perspectiva | Lucía Hipólito | TEDxTalks
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Referencias:
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Díaz, M. M., Contreras, A. E. R., Gómez, B. P., Romano, A., Caynas, S., & García, O. P. (2010). El cerebro y las drogas, sus mecanismos neurobiológicos. Salud mental, 33(5), 451-456.
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Hipólito, L. (s.f.). Neurociencia de las adicciones: una nueva perspectiva. [Charla TED].
Santo Domingo, D. O. (s.f.). ¿Cómo funcionan las adicciones? Sistema de recompensa de la dopamina. Sistema de Recompensa, I. D. C. & Adicciones, D.
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