Erich Schilling Psicólogo
La Recaída como parte del proceso de recuperación
La recaída como parte del proceso de recuperación
Enfrentar una recaída en adicciones es uno de los desafíos más complejos en el camino hacia la recuperación. Sin embargo, no debe interpretarse como un fracaso, sino como una oportunidad de aprendizaje. Desde un enfoque terapéutico, la recaída puede convertirse en un punto de inflexión para consolidar los avances logrados. Este artículo explora cómo abordar la recaída desde un enfoque integral, apoyándose en experiencias personales y profesionales, como las de terapeutas especializados en adicciones.
Comprendiendo la recaída: Un proceso, no un fracaso
La experiencia clínica muestra que, tras un periodo de abstinencia, las personas pueden experimentar lo que se denomina «el muro». Este es un punto crítico en el que los beneficios iniciales de la abstinencia pierden intensidad emocional, y el individuo comienza a subestimar los riesgos, el exceso de autoconfianza comienza a ser un desafío del carácter. Es aquí donde la intervención oportuna juega un papel crucial para evitar que una recaída evolucione hacia un patrón de consumo activo.
Desde el modelo teórico del cambio propuesto por Prochaska y Di Clemente, la recaída se entiende como una etapa natural dentro del proceso de recuperación. No es un evento único, sino un proceso que incluye señales previas y comportamientos que, si se identifican a tiempo, pueden manejarse adecuadamente.
Factores que contribuyen a la recaída
La recaída no ocurre de manera espontánea; es el resultado de una combinación de factores internos y externos. Algunos de los más comunes incluyen:
- Exceso de confianza: Las personas pueden empezar a exponerse a situaciones de riesgo, como socializar en entornos donde hay consumo, creyendo que tienen el control, de esta manera descuidan sus medidas de protección debido a la creencia que tienen todo bajo control.
- Desencadenantes emocionales: Emociones intensas como la tristeza, frustración o incluso euforia pueden ser estímulos gatillantes. Incluso el aburrimiento puede ser una emoción apenas perceptible como un estimulo de riesgo de consumo, muchas personas buscan gratificación cuando están aletargadas y aburridas.
- Relajación en el tratamiento: Dejar de asistir a terapia, romper con el encuadre terapéutico o distanciarse de los tutores son señales claras de alerta. Esto es un camino que la persona recorre para disminuir el conflicto cognitivo que se genera entre el tratamiento, el encuadre y los deseos de consumo.
Un terapeuta experto señala: “A menudo, las personas comienzan a dar señales previas, como conflictos familiares o abandono del tratamiento. Esto no debe ignorarse, ya que suelen ser indicadores de un proceso de recaída en marcha”.
Estrategias para prevenir y manejar la recaída
La prevención es la herramienta más poderosa contra las recaídas. Entre las estrategias más efectivas se encuentran:
- Identificar los desencadenantes: Trabajar terapéuticamente para que la persona reconozca las emociones y contextos que le ponen en riesgo. Incluso personas, fechas, días de la semana pueden ser estimulos gatillo de deseos de consumo.
- Fortalecer la autoeficacia: Celebrar los logros y avances para reforzar el compromiso con la abstinencia. Acrecentar la conciencia de los síntomas positivos y observar como ha mejorado la vida en la ventana de abstinencia es muy importante.
- Terapia de seguimiento: Mantener un encuadre estructurado con límites claros y consecuencias reales ante posibles recaídas. Los familiares deben tener mucha consistencia en los costos asociados a una recaída, esto aumentará el costo asociado a un permiso o conducta de consumo.
Cuando la recaída ocurre, es fundamental abordarla rápidamente. Un terapeuta recomienda: “Si un familiar detecta el episodio, debe confrontarlo y traer el tema a terapia lo antes posible. Esto evitará que la recaída se transforme en un patrón de consumo activo”.
El papel del terapeuta y la familia en la prevención de recaídas
La familia y el terapeuta tienen un papel esencial en este proceso. Es importante que los familiares no reaccionen con juicio, sino con un enfoque constructivo. Las recaídas pueden ser una oportunidad para reforzar la confianza en el tratamiento.
El terapeuta, por su parte, debe ayudar al paciente a identificar las causas subyacentes de la recaída y a elaborar estrategias personalizadas para evitar futuros episodios. Esto incluye diferenciar claramente entre una recaída aislada y un regreso al consumo activo, ya que cada caso requiere un enfoque distinto.
Aprender de la recaída para fortalecer la recuperación
La recaída, aunque desafiante, es una oportunidad invaluable para consolidar el proceso de recuperación. Abordada desde un enfoque terapéutico, permite al paciente adquirir autoconocimiento, identificar riesgos y reforzar su compromiso con la abstinencia.
Con el apoyo adecuado, las recaídas dejan de ser un retroceso para convertirse en un trampolín hacia un cambio duradero. Como lo muestra la experiencia profesional, cuando se comprende que la recaída es parte del proceso, el camino hacia la recuperación se llena de esperanza y aprendizaje.
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Actualmente me dedico al acompañamiento psicoterapeutico de adultos y adolescentes. Atiendo de manera presencial en la ciudad de Talca y de manera Online a todo Chile.
